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5 cosas que no debes hacer si quieres salir de deudas

Business man having concerns about work

 

Paga tus deudas pronto.

Tener una deuda contraída con un banco, o con cualquier institución crediticia, que se ha vuelto imposible de pagar, es un problema que nadie quiere vivir. Tomando en cuenta que la velocidad con la que solventes esa deuda, los pagos que hagas y cómo la liquides, serán tomados para ver si puedes ser sujeto de crédito en un futuro, lo cual te ayudará a comprar productos tan importantes como un auto o un bien inmueble. Hagamos un poco de historia, recordemos juntos ese gran momento en el que recibiste tu primer tarjeta de crédito y la frase con la cual el ejecutivo que te la entregó, “Es mejor tener y no necesitar, que necesitar y no tener…” Lo siguiente que debiste tomar en cuenta, tras ese momento de celebración, fue la administración de tu nueva línea de crédito. Debías ser cuidadoso de que tus compras no excedieran nunca lo que podías pagar, y sin embargo, no lo fuiste. Es probable que, como mucha gente, sólo hayas llevado un balance mental e intentaste recordar tus compras. Hiciste todas las operaciones matemáticas básicas, sumas y restas, lo que, supuestamente, te daría un saldo total de la deuda, que por supuesto, resultó erróneo.   Lee también: No todas las deudas son iguales.   Este tipo de registro mental puede ser efectivo sólo de manera temporal, cuando la deuda que tienes es pequeña y las compras que haces son pocas. Sin embargo, la situación se complica cuando el número de compras y los montos se incrementan. Si, lo sabemos, las compras que has realizado te han traído buenos momentos. Gracias a tu tarjeta de crédito pudiste comprar ese Smart TV de 60” que tanto querías, el atuendo de ensueño, el viaje a esa hermosa playa o la consola de videojuegos que tanto esperabas. Para lo que sea que hayas utilizado tu crédito, como decimos tradicionalmente, “lo bailado nadie te lo quita”. Al pasar esta etapa maravillosa, es probable que rápidamente te hayas encontrado en una situación en la que tus compras rebasaron por mucho lo que podías pagar, y peor aún, que esto lo estés viviendo actualmente. Si este es tu caso, este artículo es para tí. Sigue las siguientes recomendaciones acerca de las 5 cosas que NO debes hacer si quieres salir de deudas.

No ignores las cantidades reales de tu deuda

Por lo regular, tenemos una idea general de la cantidad de dinero que debemos. Ya sea que te consideres una persona ordenada o que utilices una app especializada para registrar todas tus compras y gastos, o que lleves por este medio una lista minuciosa que te va dando por segmentos los rubros en los que se ha ido gastando tu dinero y cuál es tu saldo en ese momento. Hacer esto regularmente resulta muy práctico, funcional y verdaderamente idóneo. Si lo anterior no es tu caso, no te preocupes, gracias a los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito puedes conocer con exactitud lo que debes. Este es un recurso que te brinda la información necesaria para saber cómo tendrás que administrarte y poder pagar tu deuda. Otra razón importante por la cual recomiendo revisar tu estado de cuenta es el reconocer las compras que hiciste (y que te dejaron la deuda que tienes hoy). Recuerda lo comunes que se han vuelto los fraudes financieros.

No dejes pasar los días sin hacer cuentas de tus ingresos y egresos

Para poder crear un plan y salir de deudas es importante saber lo que recibes. Si tienes un ingreso fijo, este punto podría parecerte no tan relevante, pero mirar lo que ganas significa que sabes cuál es el pago que recibirás cada quincena o cada mes (si es tu caso). Representa conocer cuánto es lo que tienes destinado a gastos regulares, como los son: renta o pago de hipoteca, alimentos, entretenimiento, transportación o gasolina, gastos del hogar (agua, luz, gas, etc) y otros gastos. El analizar la participación que tiene cada uno de esos rubros te puede decir cuánto te sobra realmente para poder destinar al pago de tu deuda. Si tus ingresos son variables la situación puede parecer más complicada, para este caso sí es recomendable llevar un registro de tus ingresos y observar cuál es el saldo promedio que tienes (como lo quieras ordenar, quincenalmente o mensualmente). Este registro te puede ayudar junto con el de los egresos a saber cuánto también en promedio te queda para poder ir abonando al saldo que tienes pendiente por pagar.

No utilices tus tarjetas de crédito (al menos por un tiempo)

Ya sea que tengas un sueldo que te permita vivir cómodamente o uno en el que apenas puedas sobrevivir a la quincena, siempre existe un límite para lo que gastamos. Es decir, la regla general dice que, entre más ganas, más gastas; por lo que llegar a un punto en el que no puedas pagar lo que debes es real para cualquier tipo de ingreso que tengas. Es cuestión de tiempo que tu tarjeta de crédito o débito sea rechazada por exceder su línea o tener fondos insuficientes. Uno de los peores errores es utilizar la tarjeta de crédito para realizar compras y pagos de objetos de consumo, como por ejemplo hacer las compras del supermercado o las comidas en un restaurante. Esto es como tratar tu línea de crédito como una extensión a tu ingreso. En este periodo de tiempo en el que no debes utilizar tus tarjetas el peor pensamiento que puedes tener es: “Estoy acostumbrado a este estilo de vida y no lo puedo dejar”. Lo que te puedo decir es: Sí lo puedes dejar y la mejor parte es, solo es temporal. Acostumbrarse a llevar un plan de emergencia o como decía un amigo, un plan DN3 (por referencia al plan de la Armada y el Ejército para atender a la población en desastres naturales) es vital mientras resuelves tu deuda. Aplica el plan de emergencia mientras dure la contingencia y en verás que pronto volverás a ver la luz.

No tener un plan de pagos

Un plan de pagos es algo que puedes realizar de forma personal o a través de la institución de crédito con la cual tienes tu tarjeta, es un calendario que te permite establecer un monto a pagar cada determinado tiempo y así resolver tu deuda. Si lo quieres hacer de forma personal, debes considerar el monto que debes, el interés que tienes que pagar mensualmente y el pago que puedes realizar. El conocimiento de estas tres variables te ayudará a saber si el monto que te has establecido cubrir mensualmente logrará en un determinado tiempo reducir tu deuda a cero. Si lo quieres hacer a través de tu institución crediticia, siempre hay posibilidad de que los bancos te ofrezcan crear un plan de pagos o reestructurar tu deuda. Normalmente estos planes tienen tasas de interés preferenciales, lo que significa que pagarás menos de lo que pagarías comúnmente. Sólo es cuestión de una llamada telefónica, contestar algunas preguntas del ejecutivo y listo. Siempre pregunta qué consecuencias tendrá el plan que elijas para tu historial en el buró de crédito. Mi recomendación es que elijas el plan que te produzca las menores consecuencias a futuro. Por ejemplo, hay algunos que significan un pago fijo y menor, pero de inicio y hasta que liquides tu deuda tu tarjeta quedará cancelada y tu reporte en el buró de crédito durará más tiempo. Recuerda que siempre es mejor tener la intención de pagar y cumplir, qué no hacerlo. Esto con el fin de que siempre puedas aspirar a tener una opción para solicitar un crédito en un futuro. Para créditos hipotecarios recuerda también que Bancompara.mx puede ayudarte a conocer la mejor opción. Para este punto considera cuánto tiempo tardarás en recuperar tu poder adquisitivo y, por el tiempo que esto sea, mantente en el plan de austeridad.

No fijar un límite de gastos

Los límites en los gastos, además de ayudarte a tener tranquilidad en tu vida financiera, también te ayudarán en diferentes aspectos de tu vida. Por eso, al fijar un límite de gastos te recomiendo separar ese recurso, ya sea en una cuenta bancaria a parte a la que le vayas abonando o en una alcancía especial en casa (opción menos segura y no recomendable). Al conocer cuánto ganamos, cuanto gastamos y lo que nos queda como remanente, (como se menciona en el punto 2), podemos establecer un límite de lo que podemos abonar a la tarjeta de crédito y si se tiene algún ingreso extraordinario abonar aún más. Recuerda que entre más pronto liquides esa deuda más rápido podrás recuperar tu estilo de vida y tendrá menos consecuencias para tu historial crediticio. Si no tienes un límite para los gastos regulares, el pago que tienes que hacer te será muy difícil de cubrir. Por último, y como punto extra, te recomiendo no adquirir más deudas para pagar las deudas que tienes actualmente. Este caso podría sólo considerarse en el entendido de que la nueva deuda tuviera condiciones o tasas de interés mucho más bajas de las que se presentan con la deuda actual. Pero sólo en un caso así. Considera los puntos anteriores, pero también recuerda este principio de contabilidad: tus salidas no deben ser mayores que tus entradas. Lo que significa: no gastar más de los ingresos que tienes para no volverte a encontrar en una situación similar.