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Dos mitos que debes aclarar sobre las tarjetas de crédito.

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Mucho se habla sobre las tarjetas de crédito. Para unos son una bendición de Dios y para otros la forma más rápida de endeudarse.

La realidad es que tener una tarjeta de crédito hoy día es uno de esos “males necesarios”, pues te ayudan a construir historial de crédito y, seamos sinceros, tenerlas supera con creces utilizar dinero en efectivo. Además, te permiten llevar un registro detallado de lo que gastas y cuando lo gastas. Leer también: Tarjetas de crédito, ¿amor, temor u odio? También es cierto que, si se tratan con respeto, traen grandes beneficios, mientras que, si se abusa de ellas, reaccionan devolviéndote una deuda acompañada de ansiedad y arrepentimiento. Digan lo que digan, te aclaramos dos cosas que las personas suelen decir sobre las tarjetas.

#1: No tengas “muchas”

Hay personas que no tienen ni una. Ha sido tanto el tabú y el miedo que se le ha inculcado a muchos acerca de las tarjetas de crédito, que piensan que son el demonio. Como resultado, no pueden ni reservar un hotel por internet. En el extremo opuesto, hay personas que tienen más de diez tarjetas, pues van por la vida aceptando cualquier oferta que les hacen en el super y en los almacenes por departamentos. Ninguno de los dos extremos es bueno, pero tampoco hay un número mágico. Entonces, ¿cuántas tarjetas de crédito son lo ideal? El número lo debe establecer cada persona basada en lo que mejor le funcione para sus finanzas personales. Para sacar ese “número mágico” hay que tener en cuenta las siguientes cosas:
  • Costos de manejo
Algunos bancos cobran costos de manejo mensuales. Lo que no saben muchos es que esos costos, por lo general, son susceptibles de desaparecer o disminuir si el cliente simplemente llama a preguntar. Hay bancos que pueden eliminar por completo la mensualidad de manejo si, por ejemplo, el cliente tiene otra cuenta en el mismo banco o otra tarjeta de crédito. Otros, eliminan el costo si el cliente hace más de x transacciones al mes.
  • Anualidades
Al igual que en el punto anterior, el cliente puede disminuirlas, eliminarlas o negociarlas con una llamada.
  • Beneficios y alianzas.
Las tarjetas de crédito son armas poderosas cuando se trata de viajar. Hay tarjetas que traen beneficios como acumulación de millas, millas de regalo, puntos y membresías en salas VIP en aeropuertos. Estos beneficios son superados por otros como coberturas médicas en el exterior, reembolso por pérdida de equipaje, traslados al país de origen en caso de enfermedad y visitas médicas a domicilio en el exterior. Esto respecto a seguros médicos, pero algunas tarjetas no se detienen allí; también ofrecen seguros de vehículo rentado. Otras tarjetas ofrecen descuentos en actividades exclusivas y tienen alianzas con diferentes establecimientos en tu ciudad.
  • Intereses
El punto más importante. Algunos bancos llegan a cobrar intereses por encima del 50% anual, por lo que es mejor mantener la tarjeta guardada en el congelador y solo usarla si es posible pagarla en su totalidad mes a mes o a unos pocos meses SIEMPRE sin intereses. Lo mejor que un usuario confundido puede hacer para saber cuáles tarjetas le conviene tener o conservar es listarlas todas en una matriz de pros y contras. Por ejemplo, si eres una persona que viaja mucho, te verás beneficiado por una tarjeta que te ofrezca seguro médico en el exterior, así te cobren una anualidad, pues comprar un seguro médico cada vez que viajes te saldrá más caro. También podrás aprovechar las salas de viajero. O, si eres una persona a la que le encanta salir a conciertos y a comer, puedes conservar una tarjeta que te brinde la posibilidad de hacer compra de boletos en preventa y que tenga alianza de descuentos con diferentes restaurantes. La mayoría de las personas no está consciente de los beneficios que les traen sus tarjetas de crédito, así que anímate a preguntar por ellos y luego escoge las tarjetas que más te convienen.

#2. Te llevarán a la ruina

Todos hemos oído historias de terror acerca de las tarjetas de crédito; sobre buzones llenos de correspondencia que dice “pague ahora”, sobre horribles escenas de embargos y pobres clientes espantados porque no sabían con anterioridad que tendrían que pagar semejantes cantidades de dinero por unas pocas compras. Aunque las consecuencias de no pagar las tarjetas de crédito a tiempo sí pueden llegar a ser incómodas para cualquiera, la verdad es que todos poseemos el control de pagarlas a tiempo y de negociar nuestros pagos si nos vemos ahogados. Toda la información acerca de las reglas y costos de una tarjeta de crédito están a disposición del cliente cuando firma el contrato, solo es cuestión de leerlo todo, y, si aun después de leerlo todo te sientes sorprendido por un cobro inesperado o un gasto que no hiciste, siempre es posible llamar al banco y aclarar la información. La mayoría de los bancos ofrecen devoluciones por gastos no autorizados o por fraude, y te cancelarán cualquier servicio que no quieras obtener, como seguros y suscripciones. De otro lado, si tu deuda ha crecido tanto que se ha vuelto inmanejable, puedes llamar al banco para refinanciar o negociar una mensualidad antes de que tu caso pase a recuperación de cartera, o puedes pedir la ayuda de agencias que te ayuden a regularizar tu deuda. Siempre recuerda que eres tú quien maneja la tarjeta de crédito, no ella a ti.

No muerden

No le temas a las tarjetas de crédito. Aprender a manejarlas es fácil y tienes toda la información a la mano para hacerlo. Si estás interesado en aprender más sobre finanzas personales, acude a nuestro blog en Bancompara.com, en dónde puedes obtener tips y consejos para escoger mejor tus productos de crédito y mejorar tus finanzas personales.