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¿Qué te conviene? Tarjeta de crédito o préstamo personal

¿Qué te conviene? Tarjeta de crédito o préstamo personal

Lo sabemos. La situación no está fácil y en este momento debes mantener tu liquidez. Ya sea porque quieres pagarles a tus empleados, porque tienes una emergencia, porque te han reducido el salario temporalmente o porque te has quedado sin trabajo.Sea por la razón que sea, es en este momento que decimos “Gracias al cielo por los créditos”. Si has empezado a considerar pedir un Préstamos de dinero y ya has agotado a los familiares y amigos, es hora de dirigirse al banco. Pero entonces ¿qué producto te conviene más en este momento, una tarjeta de crédito o un préstamo personal? Los dos son muy diferentes y no sirven para lo mismo, por eso compararlos es un gran error. Primero, entendamos qué hace cada producto.

 

Tarjetas de Crédito

Se trata de un medio de pago que cuenta con una línea de crédito revolvente para realizar compras en tiendas y comercios. Revolvente significa que el crédito al cual te haces acreedor al contratar la tarjeta puede ser dispuesto y liquidado cuantas veces quieras. Es por esto por lo que cada vez que realizas una compra o realizas un pago, el límite de crédito de tu tarjeta, que aparece en tu estado de cuenta, se modifica. Las tarjetas de crédito fueron pensadas para adquisición de cosas cuando no tienes dinero en efectivo o para cubrir imprevistos, como un medio de pago, por lo práctico que resulta. Sin embargo, mucha gente aún confunde este medio de pago con un ingreso adicional, lo que lleva a utilizarlas en gastos diarios, pago de servicios, etc. Sin la conciencia de que esos gastos deberían ser absorbidos por los ingresos mensuales o que deberían ser pagados en una sola exhibición. Funcionan a través de emisores internacionales como Visa, MasterCard o American Express, y tienen validez a nivel mundial. Lamentablemente en nuestro país las tarjetas de crédito son el tipo de financiamiento que tiene un mayor índice de morosidad. Este punto puede incluso considerarse el mismo inicio del problema de las tarjetas de crédito ya que entre más alto sea el índice de morosidad de un producto financiero, más riesgo representa para la institución financiera y por ende el costo es más alto. Como quien dice, los usuarios y nuestros malos hábitos de pago hemos hecho que las tarjetas de crédito en México cobren tasas demasiado altas.  

Créditos Personales

Los créditos personales son líneas de crédito simple que los bancos ofrecen a sus clientes y que, aunque no tienen un destino definido, generalmente se utilizan para la adquisición de activos para salir de algún imprevisto o incluso para liquidar otros créditos. Generalmente, los bancos otorgan este tipo de créditos a personas que ya cuentan con historial con ellos, ya sea a través de una cuenta de nómina o alguna cuenta de cheques o inversión.   Esto les permite tener la certeza de que existen recursos para liquidar el crédito y que se encuentran a disposición de la institución. En la actualidad su contratación es muy sencilla, incluso puede que en alguna ocasión hayas recibido una invitación a un préstamo personal a través de cajeros automáticos, correo electrónico o incluso mensajes de texto. Generalmente estos créditos ya se encuentran preautorizados y basta con un par de clics para que el dinero se deposite directamente en tu cuenta. En cuanto a los pagos, los créditos personales generalmente aceptan pagos anticipados o incluso totales sin penalización lo que te puede permitir disminuir el monto de tus pagos mensuales o el plazo. Pero, eso sí, los créditos personales no son revolventes: es decir, que cuando los pagas no te vuelven a dar el cupo automáticamente; si quieres más dinero deberás pedir un crédito nuevo.  

Diferencias

La primera diferencia que podemos notar es la revolvencia; como hemos ya dijimos, en las tarjetas de crédito se trata de un medio de pago donde la revolvencia de la línea de crédito es necesaria. Imagina una tarjeta de crédito donde solamente pudieras utilizar la línea de crédito una sola vez, no hace mucho sentido ¿verdad? En cambio, en los créditos personales se dispone el monto del crédito generalmente a través de un depósito que realiza el banco a tu cuenta bancaria, y lo que pase después con ese dinero ya no es asunto de ellos. La segunda diferencia es en los pagos. En el caso del préstamo personal, al tratarse de una sola disposición de dinero a pagar en un plazo establecido y pactado desde el inicio, es muy sencillo establecer una tabla de amortizaciones del crédito, lo que generalmente nos da la posibilidad de saber de cuánto serán nuestros pagos durante toda la vida del crédito. Esto brinda certidumbre y la posibilidad de realizar una planeación detallada de nuestros gastos mensuales. En el caso de las tarjetas de crédito puedes realizar pagos totales del saldo o cuando menos pagos mínimos, que son calculados en base al capital adeudado más los intereses del periodo. En tercer lugar, encontramos el costo; sin lugar a duda, los créditos personales son más económicos que las tarjetas de crédito, esto por un lado se debe al factor de la revolvencia de la tarjeta, que por sí misma conlleva un mayor riesgo, y por otro a que las tarjetas de crédito no están necesariamente vinculadas a ninguna cuenta que permita su cobro. Es por este punto que en muchas ocasiones hay personas que, al verse envueltas en cuantiosas deudas de tarjetas de crédito, optan por solicitar un préstamo personal para liquidar la tarjeta y posteriormente realizar el pago del préstamo bajo un esquema de pagos fijos y con una tasa que puede ser considerablemente menor. De paso se quitan la tentación de utilizar la tarjeta de crédito. Esta es una herramienta especialmente útil en casos en que únicamente estás en posibilidad de realizar pagos mínimos y puede ser una estrategia viable cuando nos encontramos pasando por algún bache financiero. Dentro de esta estrategia no debes descartar tampoco el analizar la reestructura de otro tipo de créditos como puede ser tu crédito hipotecario, para esto la mejor opción puede ser recurrir a expertos como Bancompara.mx, donde te pueden asesorar y brindarte un abanico de opciones de créditos hipotecarios para que puedas acceder a mejores condiciones. Recuerda que, tanto en el caso de las tarjetas de crédito como de los préstamos personales, las instituciones financieras requieren que cuentes con un buen historial crediticio para poder otorgártelos. Por lo que no descuides tus pagos para que siempre puedas tener esa “veleta prendida” que te permita tener la posibilidad de acceder a ellos. Es importante que en el caso de los préstamos personales seas cuidadoso también con el destino del crédito, todos sabemos que a veces es muy fácil que el dinero en efectivo se vaya de nuestras manos sin apenas darnos cuenta de en qué fue que lo gastamos, por lo que te recomiendo que antes de disponer de un crédito de este tipo tengas bien definido para que lo quieres usar y valores si es realmente importante.

 

Define para qué necesitas el dinero

Esto es lo primero que debes hacer. ¿Cuáles son tus intensiones? Ambos tipos de crédito tienen sus pros y contras y dependerá mucho de lo que busques, en el caso de las tarjetas de crédito generalmente puede ser uno de los primeros productos crediticios que nos ofrezca el banco y si lo sabemos utilizar puede incluso ayudarnos a obtener un buen historial crediticio. Recuerda qué hay distintos tipos y con diferentes condiciones, por lo que es importante que compares entre instituciones y tipos de tarjetas. Las tarjetas de crédito también incluyen una serie de beneficios adicionales como pueden ser beneficios en viajes, compras, etc. Por su lado, los préstamos personales te ofrecen mejores tasas entre mejor cliente del banco seas, es decir si cuentas con varios productos de la institución o incluso si tienes cantidades importantes en el banco, es muy probable que te ofrezcan tasas y condiciones muy atractivas. Estos créditos generalmente incluyen algunos seguros como puede ser el de desempleo, invalidez o vida, pero fuera de eso no te brindarán mayores beneficios adicionales. Ten en cuenta que en ambos casos se trata de compromisos de pago que adquieres y es muy importante que seas cuidadoso y responsable con su uso. En el caso de los préstamos personales, te recomiendo utilizarlos únicamente si tienes un destino bien definido o estás en una situación en la que financieramente haga sentido contraer esta de deuda. En cuanto a las tarjetas, es cierto que es positivo contar con al menos una de ellas, incluso si solo quisieras hacer uso de promociones como pueden ser meses sin intereses. En ambos casos puedes utilizar el CAT como un medio comparativo al momento de analizar la mejor opción. Como sabes, el CAT considera todos los costos y gastos asociados a un crédito, por lo que entre menor sea el CAT, menor será el monto que pagarás por tu crédito. Por último, te recomiendo que te acerques a tu institución financiera y platiques cuáles son tus necesidades específicas para saber cuál es el producto que más te conviene, recuerda que además de estos dos créditos existen muchas otras herramientas financieras que pueden ayudarte a cumplir tus objetivos. La realidad es que no podemos decirte si una herramienta es mejor que la otra, simplemente depende de lo que tu necesites.