La relación complicada de la que a todos nos gusta opinar…
Es un verdadero placer cerrar una cena con un plato de quesos seleccionados cuidadosamente y acompañar cada mordisco con un sorbo de aterciopelado vino que resalte con total exquisitez los íntimos secretos del queso. Su sabor es una celebración que te remonta a experiencias de vida; al terminar las comidas de esta forma, el placer es la principal motivación. Acompáñanos en un breve viaje por algunas partes del mundo en donde el maridaje de queso y vino tiene un trasfondo cultural e histórico.
Maridaje o cortar por lo sano
El maridaje es el arte de comprender cada tipo de vino para saber con qué alimento acompañarlo, de manera que logre resaltar cada sabor de la comida, pero también que ese bocado haga florecer las delicadas notas del vino. Es complementarse uno al otro. De ahí la importancia de la palabra, pues realmente debes encontrar la relación perfecta o será un desastre.
Si amas el queso, no te puedes perder de vivir la experiencia de maridarlo con el vino correcto. Te presentamos algunas de las más expertas opiniones entre los sommeliers y maestros queseros que aman este complejo arte.
Francia.
Siendo uno de los países con mayor variedad de quesos y vinos, el fromager Fabien Degoulet, considerado el mejor del mundo, recomienda ser extremadamente cuidadosos con el vino tinto, pues encuentra muy difícil maridarlo con un buen queso debido a que los taninos pueden fácilmente esconder los sabores. En todo caso, serán quesos sumamente cremosos y suaves, para tener equilibrio. Entre sus mejores maridajes tenemos:
Brie, Comté y Beaufort con Champagne, unos clásicos de maridaje simple y delicioso. El queso de cabra es perfecto con un vino blanco seco como el Chardonnay.
Recomienda que los quesos como Roquefort, Fourmes d’Ambert, los Stilton y los azules de Auvernia se saboreen con vinos blancos suaves.
Incluso prefiere maridar los quesos blancos como Camembert con cervezas claras y los quesos como Langres o Munster con cervezas oscuras y Oporto.
Por último, y de forma muy interesante, da un giro y recomienda maridar quesos de pasta prensada como el Gruyère, con Sake y aquellos poderosos como Gouda muy añejo con Whisky. Sabemos que te encantará probarlo.
Italia.
La sommelier Anna Maria Abbona tiene una opinión sensible y vasta sobre los exquisitos quesos y vinos italianos y los divide en categorías; aquí resaltamos los más relevantes:
Los
formaggi frescos, de gusto lácteo y cremoso como el Mozzarella, con vino blanco joven como el Inzolia; y los semi frescos, suaves y dulces, con vinos blancos afrutados como el Vermentino o rosados jóvenes.
Los quesos de pasta semi dura, parcialmente sazonados de costra florida o lavada como el Montasio o el Raschera, los recomienda con vino tinto de medio cuerpo, afrutados como un Monica di Sardegna.
Quesos de pasta dura como el Pecorino, de gusto persistente, sazonado, pero no picante, se acompañan perfectamente con vinos tintos de gran estructura como el Barbareschi.
Finalmente, los quesos herbales y picantes, como el Gorgonzola, los
recomienda con vinos pasificados y licorosos como el Moscato.
Argentina.
Vamos ahora de vuelta a nuestro continente, pues la cultura de quesos y vinos en este país es fundamental.
El especialista en vinos Oscar Saidón y el especialista en quesos Miguel Laspina hacen recomendaciones interesantes:
Los quesos suaves y jóvenes como un Brie, con sabores muy lácteos y cremosos, como a nuez o avellana, maridan con un Chardonnay, pues las técnicas de fermentación son similares, lo que los hace empáticos entre sí.
En cuanto a quesos duros, fuertes y añejos, que pueden ser pimentados, como el Pimentino Canestrato, que lleva dos tipos de pimienta, estos se acompañan con un Cabernet o un Malbec orgullosamente argentino.
Los quesos semiduros, como un Raclette cremoso y hecho para gratinar, que puede ser especiado al ajo y pimienta, o bien, ahumado, combinan con vinos blend, por ejemplo, Malbec, Petit Bordeaux o Syrah; un vino muy complejo con gran variedad de notas, tal como el tipo de queso.
Recomiendan maridar los quesos suaves, untuosos y cremosos con vinos de iguales características. Así también, los quesos fuertes, duros y potentes con vinos de
la misma naturaleza. De esta forma persisten los sabores de ambos.
México.
No puede faltar la opinión de los conocedores mexicanos. Nuestra riqueza en vinos y quesos es muy vasta y podemos conseguir buenos productos en cualquier rincón de la República.
La sommelier Sandra Fernández lo ve como un arte realmente difícil que requiere de mucha sensibilidad para dar en el blanco. Recomienda no ir por las creencias, pues muchas de ellas son mitos. Considera dos grandes maridajes para quesos; los Jereces y los fortificados como el Oporto y el Sake.
La mayoría de los quesos deben maridarse con vino blanco, como el Gewürztraminer, que puede ir bien con casi cualquiera.
Para quesos cremosos como el de cabra, acompaña con un
Sauvignon Blanc. Los quesos para fondue como Emmental y Gruyère van excelentemente con vino blanco.
Para maridar los vinos tintos prueba con un queso Époisse que es muy aromático, por ejemplo, con un Pinot Noir. Deben ser tintos suaves para respetar el sabor del queso. Y los manchegos españoles pruébalos con un Tempranillo.
Hemos podido apreciar algunas coincidencias en las opiniones de diferentes países. Con estos consejos maestros puedes asegurarte de que, al probar un buen queso, sabrás ordenar el vino que dé un maridaje perfecto, y así convertirlos en amigos inseparables.
En general, el consejo es más simple de lo que aparenta: sabores fuertes y complejos con vinos de gran cuerpo y notas variadas; sabores suaves y simples con vinos ligeros y nada complicados.
Abre tus posibilidades y arriésgate a maridar los quesos con cervezas diferentes, Whisky y Sake como lo recomiendan los expertos.
La armonía es equilibrio elemental. Tu paladar siempre tendrá las notas más brillantes de cada elemento y convertirá la degustación en toda una experiencia. Comparte con nosotros tus maridajes favoritos, el cielo es el límite.
