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Supera ya esa resaca de año nuevo

resaca

Hubo una época muy emocionante y desenfrenada de mi vida, en la que era soltero, mucho menos juicioso y rentaba una casa grande con un grupo de amigos.

Como podrás imaginar, el lugar era sede de una gran fiesta ininterrumpida que comenzaba en jueves al caer la tarde y terminaba el domingo al mediodía, justo a tiempo para recuperarse un poco y volver a la rutina del lunes, en espera del siguiente jueves. Rinse and Repeat… Recuerdo poco de las fiestas, en las que había más alcohol que prudencia y menos aún el desastre cada mañana siguiente; pero lo que no olvido nada, ni un poco siquiera, es la resaca de cada mañana, que pagué sin falta en cada ocasión. La boca seca, el intenso dolor de cabeza, la indigestión, el olor a cigarro y alcohol en la ropa, el malestar generalizado y esa estupefacción que te acompaña todo el día, con los sentidos adormecidos y la conciencia todavía aturdida por el ruido y la fiesta. Todo el cuerpo y la mente en espera del “reinicio de sistema” que te devolviera a la realidad. Ahora que terminaron las fiestas de fin de año tengo esa misma sensación de estupefacción, ese estado de “animación suspendida” en espera de escuchar la campana de la entrada sonar, con amigos en la puerta esperando pasar. ¿En qué momento terminó? Recuerdo apenas estar esperando estos días largos llenos de compromisos, amigos, familiares, comida y regalos que parecen no terminar. ¿Cuándo empezaron y cuándo terminaron? El tiempo vuela cuando te estás divirtiendo… Ahora que enero está bien instalado y que la rutina intenta obstinadamente devolvernos a la realidad, vuelvo a tener esa sensación de resaca que no se acostumbra al ritmo “normal”. Las fiestas de hace apenas unas semanas parecieran cosa de años atrás, como si la mente las hubiera archivado ya en el anecdotario para contar a los nietos y sin embargo la conciencia sigue instalada en ese “modo decembrino” difícil de describir. Es raro, ¿no? ¿Te ha pasado alguna vez? Es como despertar de una borrachera monumental y comenzar lentamente (MUY lentamente) a barrer del piso lo que cayó, recoger de la mesa los restos de comida y las botellas vacías, tirar las colillas de cigarros de los ceniceros y comenzar poco a poco a poner cada cosa de nuevo en su lugar. Así empiezo el año, con esa misma sensación. Repaso lentamente los proyectos que se avecinan, los retos que tenemos delante y las tareas que pusimos en pausa para atender a los amigos y que es momento de volver a mirar. Poco a poco me va inundando esa conciencia de “¡hey! Es un nuevo año, 2020 comenzó, hay que retomar el ritmo y prepararse para los retos que vendrán”. Ahora que las fiestas quedaron atrás, volvemos poco a poco (algunos tal vez de inmediato) a las presiones y responsabilidades cotidianas que nos dieron alguna tregua por la temporada y es momento a prepararnos y preparar nuestro entorno para convertirlo en el espacio de armonía y paz que nos permita aprovechar este año cabalístico con nuevos ánimos y la mejor actitud.

 

Comienza con una vela

Sin importar tu religión, credo, filosofía o tradición, una vela es luz y calor, un símbolo de esperanza y una expresión de los anhelos que tenemos para el año. Blanca o de color, alta o baja, flaca o gorda, aromática o sin olor, lo que te haga más feliz, sólo prende una llama y piensa con firmeza en el año que quieres tener. Anda, que daño no te va a hacer, sólo recuerda apagarla cada noche y prenderla cada día hasta que se consuma; y no te reprimas si cuando eso pase quieres prender otra, ¡qué mejor!  

Limpia a conciencia

Por todo el lugar, incluso la bodeguita, la covacha, el garaje, el ático, el sótano o la azotea, no sólo donde “todos” pueden ver. Date un momento para deshacerte de lo que ya no te sirve y liberar espacios para que nuevas “cosas” puedan llegar. Y deja ir. Lo que hace años no extrañas ya no lo vas a necesitar. Todo lo que no usaste en la última década no lo vas a usar en la siguiente, DÉJALO IR. Lo que arrastramos nos pesa, lo que soltamos nos libera. Pero OJO, guarda celosamente todo lo que atesoras y JAMÁS lo dejes perder; te define, es importante para ti. Pero se honest@: si no lo extrañabas, si no recordabas o tal vez ni sabías que lo tenías, no lo extrañas en realidad; y si ya tiene polvo, y/o dejó de funcionar, no hay nada que pensar, a la basura, o dónalo, y ya está. Algo mucho mejor está por llegar.  

Re-organiza tu espacio

Todos tus espacios. Cambia de lugar de los sillones, mueve la mesa del comedor, intercambia los cuadros en las paredes, acomoda las macetas, ponles orden a los discos, organiza el estudio. Quita del paso todo lo que este año te hizo tropezar, y acércate las cosas que te harán más fácil y cómodo el día a día (cómo la cafetera). Consigue un calendario, uno físico, impreso, mientras más grande mejor, de preferencia uno que te represente, que signifique algo para ti. Marca las fechas importantes, empezando por el cumpleaños de tus hijos, tu esposa, tu novia, tus papás, tus mejores amigos, en fin, esas personas que son lo más importantes para ti, para que no te olvides que lo son. Sigue con las fechas clave de tus proyectos personales, como volver a la maestría, iniciar un curso, el maratón en el que vas a participar, el día que pedirás ese aumento; y agrega recordatorios al margen de cada mes para que no pierdas estos objetivos de vista. Termina con las fechas importantes para tu trabajo o actividad profesional. Y luego entonces, y sólo entonces, puedes ponerlo en tu calendario digital.  

Riega y dales mantenimiento a tus plantas

Y/o jardín, y si no tienes al menos un vegetal, consigue una planta de inmediato y ocúpate de hacerla crecer. No sólo es buen feng shui, es un compromiso que te ayudará a mantener la perspectiva. Tus decisiones son importantes para los que dependen de ti y si honras esa responsabilidad, harás crecer lo que has sembrado. El año viejo se fue y con él una década quedó atrás, las fiestas se terminaron y es momento de sacudirse la resaca de fin de año. Prende tus esperanzas, deja ir lo que te estorbe, reinvéntate, redefine tus prioridades, comprométete y emprende una nueva década con toda la actitud. 2020 ya está aquí, ¿tú cómo lo vas a iniciar?