Blog

Cantinas de pared: la tendencia del momento

cantina 1
El cambio de paradigma de las generaciones del nuevo milenio ha venido transformando hábitos y costumbres, hasta ahora muy arraigadas, y modelando un nuevo status quo en las sociedades. Los “jóvenes” ya no tienen 30 sino 20, el éxito ya no está en tener sino en experimentar, y tener familia e hijos ya no es el ideal mas extendido, sino viajar y conocer.

Te decimos lo que debes tener en cuenta.

¿Buscas algunas ideas para empezar con tu bar? Explora éste tablero que preparamos para ti. Y si no has de estar en casa, no necesitas una casa muy grande. Casa ya no es necesariamente un espacio completamente privado con cerca y garaje; por todas las ciudades en el mundo, viviendas unifamiliares (sobre todo esas grandes residencias grandes de antaño con múltiples habitaciones, jardín y cochera), son demolidas por doquier para dar paso a edificios de apartamentos multifamiliares con espacios personales limitados y múltiples facilidades y amenidades compartidas, que albergan cada vez más familias pequeñas que en su mayoría se componen de una pareja, más comúnmente sin hijos que con ellos, y si acaso, tal vez, un perro; que comparten un mismo estilo de vida y se reúnen con frecuencia, alternando de un departamento a otro y continuando la misma tertulia sin fin. Éste nuevo espíritu libertario deja atrás esos maniqueísmos rancios de los modales de los abuelos, papás y “rucos” sobre amenizar y entretener a los invitados y asume como compromiso exclusivamente el de facilitar el espacio para compartir: “yo pongo la casa” ha dejado de implicar “yo invito la fiesta”. La figura del anfitrión, que se entendía como responsable absoluto de la velada, se libera de compromisos y se entiende exclusivamente obligado a abrir la puerta al primero (tal vez los primeros) de los invitados, y facilitar vasos, platos, tal vez cubiertos y un grado aceptable de orden y limpieza en el inmueble. Vamos, que ya no se espera que atiendas la puerta vestido en bata de Hugh Hefner y copa de coñac en la mano, ni que la abras a un banquete con servicio y 3 tiempos de comida recién preparada con bebidas incluidas, cómo se estilaba en el pasado. En éstos días, si pones la casa es prácticamente suficiente. El resto se organizará en el proverbial modelo “de traje”, es decir, que cada persona que asista habrá de traer a la reunión lo que quiera comer, beber y compartir con los demás. Aún así, con todo y este comunismo informal, persisten algunas ideas básicas sobre el mínimo decoro (sin zapatos y sin camiseta no hay servicio) y persisten todavía algunos conceptos básicos sobre lo esencial para ser un anfitrión que se precie de sí, empezando por tener, al menos en algún rincón, espacio para uno o dos licores y servicio (al menos vasos) para poder compartir. Y si bien los departamentos cada vez son mas pequeños, los grupos de amigos parecieran cada vez mas grandes, y eso nos trae a una paradoja existencial: “¿dónde ponemos el bar?”. En 45 mt2, una cantina está completamente fuera de discusión, y aún con 65, una barra con taburetes podría estorbar. La solución, cada vez mas extendida, es ingeniosa y a la vez funcional:  

Una barra de pared.

cantina 2Crédito de imagen https://www.pinterest.com.mx/pin/101542166587872775/

Aprovechando un rincón desperdiciado o un muro desatendido, puedes transformar un pequeño espacio en el corazón de la velada, e incluso en todo un portento de sofisticación y en la bóveda de esos tesoros etílicos que coleccionas con avidez. El concepto es sencillo cómo su nombre: una serie de estanterías o repisas adosadas, empotradas, sujetas a, contiguas a, o colgando de la, pared; que permiten organizar, exhibir y tener a mano licores, mezcladores, vasos y utensilios propios de una buena barra digna de lucir. Y hacerlo con el mayor estilo posible, generalmente con el menor presupuesto disponible. Se dice fácil, ¿eh? Pero, claro, hay barras de barras. Si bien, propiamente un carrito de servicio podría solucionar, la idea detrás de una barra de pared está en aprovechar el espacio vertical para almacenar tanta variedad cómo dé el presupuesto, el gusto y el paladar. También permite aprovechar el menor espacio posible para la mayor capacidad posible (para los pragmáticos que estaban preguntándoselo). Una mesita cualquiera habrá de requerir el espacio de al menos 2 botellas de profundidad, mientras que una barra de pared bien se puede acomodar con el ancho de una, e incluso, incrustada, con la de ninguna.  

Pero, ¿por dónde empezar?

En el diseño de las cantinas de pared lo mas importante a considerar es quién las va a utilizar. De nada te servirán vitrinas de cristal templado si tienes fiesta de miércoles a domingo todas las semanas del año, así que lo primero que hay que entender es quién la usará y cuánto se va a usar; a partir de ahí podemos ir definiendo prioridades de diseño de acuerdo con cómo la vas a aprovechar. Empieza por dimensionar cuántas botellas utilizas y/o esperas mostrar. Piensa en etiquetas únicas y guarda cualquier duplicada en un closet o alacena para aprovechar mejor el área de exhibición y trabajo. Ahora, considera qué tipo de licores vas a almacenar. Las botellas de vino se benefician mucho de almacenarse acostadas, es decir, en horizontal, lo que permite rotarlas de tanto en tanto para evitar la sedimentación del mosto con el tiempo. Si eres todo un enólogo, querrás considerar algún control de temperatura adicional, y espacio para distintos tipos de copas para catar. En ese caso rieles superiores para colgar copas serán una buena opción. Si, por otro lado, lo tuyo son los whiskies y single malts, valdrá la pena exhibir esas rarezas de subasta que has conseguido acumular. Considera siempre las botellas mas altas al considerar el espacio entre repisas y el tamaño del empaque si exhibirás botellas en caja. Una pequeña barra baja para esos vasos old fashion que acompañan la experiencia será lo mejor. Y no olvides una pequeña hielera y mucha luz, no sólo es un gabinete, ¡es tu vitrina de trofeos! Si lo tuyo, lo tuyo, es el tequila y el mezcal u otras bebidas destiladas de agave, considera además un espacio suficiente y estable para cortar limones y naranjas y espacio para tu colección de caballitos y de esos versátiles high ball; y, cómo con el whiskey, antes de empezar considera con atención las diferentes botellas y presentaciones que quieras exhibir. Recuerda que algunas ediciones incluyen cajas enormes y algunas botellas artesanales no se acercan ni por poco a las botellas estandarizadas: habrá que hacerles lugar. Ahora, que, si eres todo un mixólogo profesional, ni hablar, deberás buscar el mayor espacio posible para todo el instrumental, la variedad de licores y mixers y una buena superficie para preparar. Consigue una esterilla de barra para contener derrames y conservar al máximo tu barra; y piensa en espacios discretos para refrescos y jugos, incluso un frigobar o hielera no estarían de más. Lo importante es tener a mano todos los ingredientes para esos negronis que te han hecho famoso en la comunidad. Para terminar, recuerda: una vez construida, tu barra de pared será el alma del lugar, date el espacio para planearla, diseñarla y construirla para reflejar tu estilo personal. En ella se esconden algunos secretos que te definen y te hacen disfrutar. ¿Buscas algunas ideas para empezar con tu bar? Explora éste tablero que preparamos para ti, y cuéntanos en los comentarios ¿cómo es ese rincón en tu espacio personal?.