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¿Pensando en pintar tú mismo?

Charming couple relaxing after painting a room in their new house

Vale, lo entiendo, no puedes postergarlo más; El día de pintar esa pared, ese techo, esa barda o fachada ha llegado y no es posible evitarlo, y te estás preguntando “¿qué tan difícil puede ser? Seguro puedo hacerlo y ahorrar algo de dinero”. La respuesta es sí, pintar por tu cuenta es relativamente sencillo, basta algunas herramientas, pintura y una muy buena actitud. Y si, puedes ahorrar algo de dinero llevando por tu cuenta la mano de obra, sobre todo en el esquema de una gran REMODELACIÓN. Solo recuerda: si ya estás decidido, serás TÚ quien se haga cargo de toda la mano de obra. Eso significa que tomarás la responsabilidad del proyecto y que te comprometes a realizar el trabajo en su totalidad y a terminar en un plazo razonable (si aún eres soltero, razonable puede ser un plazo un tanto más flexible, pero siempre hay un límite). Lo peor que te puede pasar en un proyecto de decoración es que lo dejes a la mitad. Así que, ¡ÁNIMO! Pronto verás que, si bien es un trabajo manual que requiere algo de trabajo, y probablemente un poco de fatiga, la recompensa y la satisfacción que te esperan valen la pena. Si quieres un par de consejos para comenzar, aquí te van algunos que adquirí después de enfrentarme a esa misma faena.  

Escoge con cuidado el tono y tipo de pigmento a utilizar.

Woman painting the wall and holding a color guide-1 No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de tomarte con detenimiento y atención la adecuada selección del color y tipo de pintura que vas a utilizar, éste paso te puede evitar una enorme cantidad de problemas y hasta 60% de trabajo, CREEME. Las pinturas denominadas acrílicas están hechas a partir de mezclar un pigmento con una emulsión de un polímero acrílico, lo que significa color adherido a grandes moléculas de ácido acrílico, un derivado de la producción de etileno y gasolina, que flotan muy cerca unas de otras suspendidas en agua. Una vez aplicadas, el agua se evapora y deja una película de pintura que es impermeable y muy uniforme, lo que da como resultado un color intenso y vibrante que se adhiere muy bien a la mayoría de las superficies, ya sean porosas o lisas, lo que hace a las pinturas acrílicas realmente versátiles. Por su composición, son pinturas que secan más rápido que otras, pero tienden a “endurecer” con el tiempo, lo que las hace un poco menos durables. Su versatilidad y la resistencia que ofrecen contra la humedad las hace ideales para superficies complicadas y/o espacios que estarán expuestos a la humedad (como áreas de baño y cocina). Las pinturas llamadas vinílicas, por su parte, provienen de adherir pigmentos a una mezcla de alcohol y algún ácido de origen orgánico, como el benceno, que se encapsula en un medio graso, como el aceite de linaza, formando grandes moléculas que a su vez flotan muy cerca unas de otras suspendidas en agua. Cuando se aplica este tipo de pintura, el agua se evapora y el aceite al secarse reacciona con el aire y forma una capa con una estructura molecular cruzada muy resistente, lo que las hace muy durables y les permite una gran adherencia, especialmente en superficies porosas, razón por la cual son ideales para muros interiores y exteriores. Su composición les permite también un acabado mate muy homogéneo, si bien los colores resultantes suelen ser mucho menos vibrantes que en el caso de las pinturas acrílicas, aunque no por ello menos intensos. Es decir, reflejan menos luz, pero presentan la misma saturación de color, lo que resulta en tonos satinados tersos y continuos. Las pinturas vinil-acrilicas por su parte incorporan propiedades de ambos tipos de pintura, lo que da como resultado una capa de color uniforme, vibrante y luminoso, resistente a la humedad y altamente durable, excelente para cubrir superficies de interior y exterior, lisas o porosas por igual (casi); suelen tener un precio mayor.    

Prepara con cuidado el área donde planeas trabajar

Lo que incluye retirar todos los muebles, tapetes y objetos que sea posible. Objetos demasiado grandes, voluminosos o repletos de otros objetos (cómo alacenas o vitrinas) deberán cubrirse con plástico industrial como el que puedes encontrar en cualquier tienda de materiales, lo mismo que alfombras y pisos. Posteriormente deberás cubrir con cinta de enmascarar todas las molduras y cenefas, así como cualquier unión de la superficie a pintar con otra, como la unión entre el piso y el muro o el muro y el techo, de manera que no pintes por accidente sobre una superficie que no debería pintarse.  

 

Elige tus herramientas con inteligencia.

Y en la medida de lo posible, INVIERTE en la herramienta apropiada. Al igual que con la pintura, es difícil enfatizar lo suficiente el papel de la herramienta adecuada en el tiempo y la dificultad del trabajo. Si piensas utilizar una brocha mediana (o incluso una grande) en una superficie considerable, te fatigaras rápidamente y si, además, seleccionas una pintura acrílica, tendrás que lidiar con las líneas que la brocha deja en la superficie. Las brochas son excelentes herramientas para detallar zonas de difícil acceso, o para trabajos en áreas relativamente pequeñas, de preferencia en combinación con pinturas vinílicas o vinil-acrílicas que son más plásticas y serán absorbidas por la superficie, lo que evita darle una textura no deseada a la pintura con las cerdas de la brocha. Si estás planeando pintar grandes extensiones, definitivamente considera usar rodillos e incluso aspersores por compresión de aire. Si el área incluye además muros elevados o techos, adquiere pértigas telescópicas para los rodillos, así como una buena escalera de aluminio del tipo “tijera” o de posiciones múltiples. Algunas escaleras incluyen un soporte para el balde de pintura que las hace muy convenientes. Si pintarás un techo grande, considera adquirir un par de zancos, pueden ahorrarte hasta un 60% de tiempo.  

 

Consigue algunos amigos.

Por sencillo que parezca, pintar una habitación puede consumir bastante energía, así que un par de manos extra NUNCA estarán de más. Convoca a todos los amigos que puedas y dale una tarea a cada uno, algunos pueden ayudar a enmascarar mientras otros terminan de cubrir zonas y objetos, mientras que algunos más pueden poner manos a la obra. Con el personal adecuado, ¡hasta podría ser todo un evento! Si aún estás pensando en pintar tú mismo, ¡HAZLO! No esperes más y toma la tarea en tus manos. ¿Ya te imaginaste el color? ¿Mediste las paredes? ¿Conseguiste cinta de enmascarar? Recuerda que el demonio está en los detalles, ¡no dejes que te atrape! Haz una lista con todos los elementos que necesitas cubrir, al menos una semana antes de empezar y asegúrate de tener todo lo que necesitas el día en que empezarás, así no habrá ninguna excusa para procrastinar.   Y un último consejo: prepara un almuerzo suficiente antes de empezar, porque créelo, lo necesitarás.