¿Vale la pena tomar un préstamo para cumplir el deseo de estudiar?
Cuando estaba presentando mi examen profesional para titularme como economista, una de las últimas preguntas que me hicieron fue ¿Qué le ha dejado estudiar una licenciatura en esta universidad? Listé una serie de cosas que me parecían apropiadas en ese momento y a manera de broma (o no) finalicé la lista con esta frase –y una deuda muy grande-.
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No era mentira, tuve que endeudarme mucho para poder estudiar, porque no se puede negar que la educación es una buena inversión, pero no siempre es la más rentable. Es verdad que la educación universitaria hace a las personas más competitivas en el mercado laboral y empresarial, sin embargo, tener un título universitario no es sinónimo de tener un empleo y mucho menos de un empleo bien pagado.
Aunque por otro lado, existen múltiples estudios que aseguran que las personas que tienen estudios universitarios generalmente tienen ingresos más altos que aquellas personas que no tienen este tipo de preparación, pero estudiar no es barato. Es verdad, hay universidades públicas, que son prácticamente accesibles para todas las personas, pero el cupo para entrar a estas universidades es muy limitado.
Además, aunque sea una universidad pública hay que tomar en cuenta el costo de oportunidad, es decir, el dinero que está dejando de ganar la persona por estudiar 4 o 5 años. Por eso, creo que es válido preguntar si realmente vale la pena tomar un préstamo para cumplir el deseo de estudiar.
Por experiencia propia yo tendría que responder con un rotundo ¡Claro que vale la pena! La falta de educación universitaria de calidad no sólo priva a las personas de beneficios potenciales, sino que crea lo opuesto: la ignorancia genera las condiciones para el deterioro de la vida de los individuos, sus familias, comunidades locales y finalmente sus países. Es verdad que ser egresado de una universidad no te asegura ser millonario, pero seguro tendrás más oportunidad de serlo algún día.
En este orden de ideas, la universidad pública se presenta como la mejor opción, pero hay que ser sinceros, más allá de que el cupo para acceder a estas universidades es limitado, el ser egresado de una universidad privada aumenta la probabilidad de recibir un mejor salario. Entonces los créditos universitarios son una de las pocas alternativas que encuentran los jóvenes para la tan ansiada movilidad social.
¿Qué es el crédito educativo?
Es un mecanismo de financiamiento a través del cual una persona puede acceder a obtener educación sin importar la situación económica actual de su familia. Estos créditos por lo general se ofrecen para educación superior como puede ser una licenciatura o un posgrado.
En otras palabras, son préstamos destinados a la formación educativa, por lo tanto son créditos especializados, los cuales tienen la intención de posibilitar tanto la colegiatura como otros aspectos relacionados que tienen que ver con la educación de una persona.
Para acceder a un crédito educativo hay que tomar en cuenta las mismas variables que inciden en la adquisición de otro tipo de préstamos, porque al final del día, es una obligación financiera que hay que saldar, porque incumplir con esta obligación tiene las mismas repercusiones que cualquier otro crédito en lo que respecta al historial crediticio.
Cabe hacer la aclaración de que al beneficiario de este tipo de créditos se le pide un requerimiento especial: mantener un buen nivel académico. Esto se hace por dos razones: 1) De esta manera la entidad financiera reduce el riesgo crediticio, pues un buen estudiante, tiene más posibilidades de conseguir un mejor empleo y estar en condición de pagar el crédito; 2) Estos créditos suelen ser provistos por personas, empresas o instituciones que están interesados en dar la oportunidad de estudiar a personas que realmente lo necesitan y sabrán cómo aprovechar las circunstancias.
Tomar o no un crédito educativo debe pasar por el tamiz del análisis al igual que cualquier otro crédito. Entre los aspectos a tomar en cuenta es el monto a financiar, la tasa de interés, el plazo y si se goza de un periodo de gracia, así como la capacidad de pago actual y futura. Es importante desarrollar una estrategia, desde el inicio del préstamo, que permita solventar los pagos del crédito.
Cada uno de estos aspectos será crucial para tener éxito, no sólo con el tema crediticio, sino con el tema profesional, porque elegir un crédito que no tenga las mejores condiciones podrá ser un dolor de cabeza y un lastre en lugar de un factor que potencie el desarrollo de la persona.
¿Cómo funciona el crédito educativo?
Al ser un producto financiero especializado tiene un funcionamiento particular, que puede tener ligeras variaciones de una institución a otra, pero de manera general estos préstamos se hacen partiendo de un monto determinado, que por lo general es en base al total de la colegiatura, es decir los 4 o 5 años que dure la carrera. Algunas veces se toman en cuenta complementos como útiles, libros, etcétera. En el caso de créditos para estudiar en el extranjero, si conviene al estudiante puede incluir los costos relacionados al alojamiento, por ejemplo, comida, transporte y todos los gastos relacionados con la estancia del estudiante fuera del país.
Una de las ventajas de este tipo de créditos es que en los primeros años, es decir, mientras el estudiante está cursando la licenciatura, sólo se pagan los intereses del préstamo, esto le permite a la persona o familia no tener la misma carga de pago que otro tipo de crédito representaría, donde se tendría que pagar el interés y amortizar capital, lo cual implica un gasto muy importante.
Déjenme profundizar en este tema. El sistema de un crédito educativo, por lo general, consiste en pagar solo intereses mientras se esté estudiando para luego de terminar la carrera iniciar el proceso de pago del capital más los intereses. Partiendo de la premisa de que el beneficiario tendrá trabajo y será una persona productiva dentro del mercado y por ende sus posibilidades de saldar el préstamo se incrementen.
¿Dónde solicitar un crédito educativo?
Existen dos caminos. Por una parte están las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (SOFOL) que se especializan en este tipo de créditos. No suelen dar las mejores condiciones, pero tendrás libertad de elegir la universidad y la carrera que prefieras.
El segundo camino son los bancos tradicionales, que suelen dar muy buenas condiciones en cuanto a tasa de interés, periodo de gracia e incluso plazos muy largos, pero normalmente están en convenio con ciertas universidades. Eso por una parte, por otra, son pocos los bancos que ofrecen este tipo de préstamos. Entonces, si tú deseas estudiar en una determinada universidad, es probable que tengas que pedir el crédito con el banco que tenga convenio la universidad. Por ejemplo el Tecnológico de Monterrey tiene convenio con BBVA Bancomer y la Universidad Iberoamericana con Banco Santander.
Factores que te ayudarán a tomar una buena decisión.
Porcentaje a financiar. En este tipo de créditos no te pedirán un enganche o pago inicial, pero toma en cuenta que las condiciones del crédito educativo pueden variar mucho por este factor, ya que en ocasiones los créditos no cubren el 100% de los gastos escolares, a veces ni el 100% de la matricula. Entonces, prepara tu mente porque podrías estar frente a las mejores condiciones de financiamiento pero de un crédito que no cubre el total de tus gastos y viceversa, frente a un crédito que cubre el total de tus gastos pero a un costo financiero muy alto. Ahora, mi consejo personal es que, si eres un buen estudiante, hagas todo lo necesario para solicitar una beca a la universidad y el resto lo pagues con el crédito.
Periodo de gracia. Es el tiempo que te otorga la entidad financiera o universidad entre la graduación y el momento en que debes dar tu primer pago del crédito educativo. Si eres estudiante a tiempo completo toma mucho en cuenta el periodo de gracia para determinar si te conviene un crédito educativo o no. No todos los créditos dan periodo de gracia, en especial cuando se trata de posgrados.
Cuando yo buscaba un crédito educativo para estudiar la universidad, encontré una institución que me daba un periodo de gracia de la mitad de años que duraba la licenciatura, es decir, si a mí me tomaba cuatro años estudiar la licenciatura en economía, el banco me daba un periodo de gracia de 2 años, pero el crédito se cotizaba en Unidades de Inversión (UDIS), por lo cual quedaba sumamente expuesto a la inflación. Decidí no tomarlo.
Mi recomendación final es que no dejes de estudiar y menos por algo tan mundano como el dinero. Puede que al principio no tengas las recompensas que se esperan, pues cuando uno sale de la universidad sale con todas las ganas de comerse al mundo en una mordida y no siempre puede ser así, pero tener educación universitaria de calidad te abre las puertas del mundo.
Por otra parte, los créditos educativos yo los tomaría como la última opción. Primero explora la posibilidad de que la universidad te otorgue una beca. También hay organismos gubernamentales que te pueden pagar la carrera o posgrado, por ejemplo, Banco de México, Secretaria de Relaciones Exteriores, CONACYT; etcétera. Es verdad, es mucho papeleo, pero bien vale la pena.
Finalmente, si decides tomar un préstamo para financiar tus estudios, haz todo lo posible para cumplir con tu obligación financiera y que tu historial crediticio no se vea comprometido. Si quieres saber más sobre temas financieros y cómo aumentar tu calificación crediticia, visita el blog de Bancompara, tenemos muchos temas que seguro te serán de utilidad.