¿Cómo compran casa las mexicanas?
En México, las mujeres representan una parte significativa de la población, constituyendo el 52% según datos del INEGI en 2022, lo que equivale a 66.2 millones de personas. Sin embargo, es alarmante observar que un porcentaje relativamente bajo de mujeres son propietarias de sus propias viviendas o tienen poco acceso a créditos para comprar una vivienda propia.
Esta disparidad se refleja en los contratos de arrendamiento o compra, que en su mayoría están a nombre de hombres.
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Según el Reporte Anual de Vivienda 2021 y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), de los 39.1 millones de viviendas particulares en México, solo el 37.7% son de propiedad, es decir, no están sujetas a renta o hipoteca. De este porcentaje, el 56% de las propiedades pertenecen a hombres, mientras que solo el 28% están a nombre de mujeres. El restante porcentaje se compone de copropiedades, bienes mancomunados o propiedades sin dueño identificado.
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Además, diversas fuentes de agencias inmobiliarias indican que el 58% de las mujeres mexicanas con vivienda propia financian su hogar con su pareja, el 23% depende únicamente del hombre y solo el 15% se hace cargo de los pagos, mientras que el 3% recibe apoyo de familiares o entidades gubernamentales.
Según datos del INEGI, los estados con menor proporción de mujeres propietarias de sus viviendas son Nuevo León, Zacatecas y Chiapas, con porcentajes que oscilan entre el 27% y el 29%. Por otro lado, Baja California, Ciudad de México y Sonora son las entidades con mayor presencia de mujeres con títulos de propiedad, alcanzando porcentajes que van del 42.6% al 45.1%.
La brecha de género en el mercado laboral es una de las razones principales detrás de esta disparidad. Los salarios de las mujeres en México están significativamente por debajo de los de los hombres, con una brecha salarial del 18.8%, lo que dificulta el acceso a préstamos para adquirir vivienda, especialmente para aquellas que son responsables de sostener económicamente a sus familias.
La persistente cultura patriarcal en México también influye en esta situación, ya que en muchas regiones del país se desalienta que las mujeres tengan solvencia económica propia o sean propietarias de bienes a su nombre.
A pesar de estos desafíos, se ha observado un aumento significativo en el número de mujeres que acceden a créditos y oportunidades para adquirir viviendas propias. Según reportes de 2022 de Scotiabank, las mujeres han aumentado su presencia en créditos hipotecarios en un 41% desde el año 2000, lo que demuestra un progreso notable en este sentido.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) señala que las mujeres son consideradas excelentes candidatas para créditos hipotecarios, ya que son pagadoras más confiables que los hombres, lo que incluso les ha valido tasas de interés más favorables.
En conclusión, a pesar de los obstáculos que enfrentan, el número de mujeres con vivienda propia está en aumento. Este crecimiento es un testimonio del esfuerzo y la determinación de las mujeres mexicanas para asegurar su futuro y construir un patrimonio inmobiliario a su nombre. Este fenómeno también destaca la importancia de ofrecer igualdad de oportunidades y condiciones laborales justas para las mujeres, tanto en el ámbito empresarial como en el social.
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